"El mercader de alfombras", Amadeo Simonetti (1874-1922).
ALFOMBRAS PERSAS: ELEGANCIA Y DISTINCIÓN
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os tejidos pueden llegar a ser considerados como auténticas obras de arte. Un claro ejemplo son las alfombras persas que, a lo largo de la historia, han gozado del prestigio y de la admiración de cuantos valoran la exquisitez de los diseños y el colorido de un producto afamado en todo el mundo, siendo muy afortunados, los que pueden presumirlas en la decoración de sus casas.
Pero parte de tener una de estas alfombras requiere de mantenerlas en una condición óptima para su lucimiento. Principalmente, por el tipo de servicio al que se le somete, pueden estar sujetas a accidentes, por lo que la limpieza se transforma en algo sumamente importante y periódico.
Una de las principales preguntas para los que desean adquirir una alfombra persa, sin duda alguna es el tiempo de duración. Para aclarar este punto, puede decirse que tienen una vida muy larga, a tal grado de llegar a considerárseles eternas. Desde luego, tiene mucho que ver el cuidado y los procesos de limpieza, conservación y restauración.
Otra particularidad de estas alfombras es que con el paso del tiempo pueden llegar a incrementar su valor, debido a que suele pasar algo similar como con ciertos muebles finos que, mientras pasa el tiempo, van cambiando su aspecto original, logrando una apariencia más agradable, convirtiéndose en un artículo más bonito. Lo anterior sólo lo puede realizar el tiempo, por lo que el aspecto antiguo no se puede crear de forma artificial, llegando a ser más atractiva una pieza con mayor edad que una nueva.
Por esta razón, las alfombras viejas pueden alcanzar una gran demanda dentro de las personas que aprecian el arte persa. Es casi garantizado que la pieza adquirida es de un gran valor, pero se recomienda siempre la ayuda de un experto para poder hacer una buena elección, ya que una alfombra que luzca bien —después de varias décadas—, es sinónimo de mucha calidad.
En algunos países, existen comercios que garantizan el cambio de alguna alfombra vieja por una nueva, siempre y cuando acudan al lugar donde fue comprada; ya sea por cambio de casa, por una decoración nueva o por cierta eventualidad. Para muchos negocios de alfombras esto es una regla, al garantizar el cambio de las alfombras persas que venden por una nueva, porque a la postre son vendidas como productos llamativos dada su antigüedad, llegando a valer mucho más.
Algo a considerar es su mantenimiento y conservación adecuados. Es muy común no saber a dónde acudir o a quién recurrir. Lo recomendable es informarse en el establecimiento donde se realizó la compra, ya que pueden contar con un taller y ofrecer servicios posventa para los clientes; por lo que, aspectos tales como una rotura causada accidentalmente, el derrame de determinado líquido o la sola necesidad de su limpieza, será analizado por el proveedor, a fin de optar por la mejor solución.
Las alfombras persas, siempre elegantes y sello de distinción, que bien vale la pena experimentar, al menos por una vez en la vida.
