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AMELIA, FRIDA Y TARSILA: PINTORAS LATINOAMERICANAS
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entro del arte y, en especial, en el mundo de la pintura, existen grandes exponentes en la materia. Tal es el caso de tres figuras femeninas que destacan por sus obras del pasado. Personajes como Frida Kahlo, Tarsila do Amaral y Amelia Peláez, son un ejemplo del protagonismo de la mujer en las artes plásticas.
Estas mujeres comparten cosas en común: las tres provienen de cuna burgués, además de ser latinoamericanas y de haber estado al día con los sucesos del Viejo Mundo en su época. A pesar de esto, sus obras estuvieron enfocadas en su cultura y tradición.
Cada una de ellas tuvo asignado un recinto especial, en donde dieron rienda suelta a su creatividad. En el caso de Frida Kahlo, la “casa azul” en Coyoacán; en el de Amelia Peláez, la “casa habanera” del barrio Víbora; y en el de Tarsila do Amaral, la “estanza brasileña”.
Entre los aportes de Amelia Peláez al Cubismo, destaca la superposición de los elementos decorativos de la arquitectura, combinándola con la naturaleza de La Habana, representada en una convivencia armónica del tiempo. Con un estilo muy particular, el talento de Amelia no sólo puede apreciarse en sus pinturas; también dejó un gran aporte dentro del ámbito de la cerámica, así como en la elaboración de murales, lo que la convirtió en una mujer multifacética dentro del arte cubano.
En el caso de Frida Kahlo, su obra parte de las múltiples decepciones de la vida, estampado en un Surrealismo propio con la discrepancia de elementos culturales, teniendo a la muerte como un tema protagónico, muy al estilo de la tradición mexicana. La temática dentro de los trabajos de Frida, radican en su vida y desconsuelo, misma que se aprecia en sus autorretratos. Esposa del también mexicano y pintor Diego Rivera, junto al cual coincidió por el gusto del arte popular de raíces indígenas.
Para muchos ha resultado difícil clasificar la escuela de Kahlo, por lo que se le ha llegado a considerar dentro del Expresionismo y del Surrealismo, con un enfoque popular. Lo único cierto es que su vida está plasmada en su obra, resultando autobiográfica: siempre mostrando grandes espacios, paisajes vacíos y locaciones sombrías que ponían de manifiesto su soledad; con una tendencia, en todo momento, a expresar algo en sentido figurado sobre su forma de ver la vida y su entorno.
Por su parte, Tarsila do Amaral, al lado de su esposo —el escritor Oswald Andrade—, crearon el “movimiento antropofagia”, el cual consistía en un “modernismo brasileño” creado a partir de la recuperación de sus raíces culturales. Buscaban revivir la estética del pueblo brasileño. Su obra va más allá del Cubismo tradicional europeo (impregnado de una estricta geometría), ya que empleó su estilización formal junto con su aporte personal que, en conjunto, dieron como resultado una obra marcada por el erotismo.
Tarsila do Amaral es la pintora más representativa de la primera fase del movimiento modernista brasileño. Su trabajo pasó de contener una particularidad del Primitivismo, a desarrollar una pintura más enfocada a temas sociales.
Amelia, Frida y Tarsila, cada una con su singular personalidad, son las tres principales mujeres exponentes de la pintura latinoamericana.