sábado, 20 de junio de 2020

COLITIS: "El cuadro clínico implica dolor y distensión abdominal en el paciente, asimismo, alteraciones al excretar, presentando estreñimiento o diarrea. Son las mujeres las más propensas a desarrollar colon irritable, en una proporción del dos por uno, con respecto a los hombres".


COLITIS: UN PADECIMIENTO DE CUIDADO 

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 la inflamación del intestino grueso se le conoce como “colitis”. Cuando alguien sufre este padecimiento mejorar el estilo de vida resulta imprescindible, por lo que es recomendable una dieta balanceada, no estresarse y hacer ejercicio. Características de este mal se reflejan en síntomas gastrointestinales de los tubos digestivos alto y bajo. 

El cuadro clínico implica dolor y distensión abdominal en el paciente, asimismo, alteraciones al excretar, presentando estreñimiento o diarrea. La colitis nerviosa consiste en una alteración de los nervios del colon, provocando inflamación y, en consecuencia, los síntomas mencionados. Por este motivo, cabe destacar que la tensión es un aspecto que puede propiciar el Síndrome del Intestino Irritable. 

Los cólicos son capaces de acelerar la maquinaria intestinal, modificando su funcionamiento. Estos, suelen ser consecuencia de algún tipo de alteración nerviosa provocada por susto y preocupación en exceso. Como dato interesante, son las mujeres las más propensas a desarrollar colon irritable, en una proporción del dos por uno, con respecto a los hombres. 

La explicación a este hecho consiste en las alteraciones en la alimentación, provocadas a raíz de las dietas rigurosas para perder peso, así como por extender los tiempos sin consumir alimento alguno, entre comida y comida, por períodos prolongados. 

Para diagnosticar si alguien padece de colitis, es necesario eliminar otros posibles trastornos metabólicos, diabéticos o estructurales, acompañado de exámenes clínicos para descartar algún tipo de alteración inflamatoria ocasionada por parásitos intestinales. 

Una forma simple de averiguar si una persona es víctima o es susceptible de esta anomalía intestinal, es sabiendo si presenta dolor en el abdomen, así como distensión abdominal. Entiéndase por distensión al cambio en el tamaño y/o en la forma de un tejido u órgano, como consecuencia de una tensión ejercida. De igual modo, otro indicativo es la rigidez del abdomen. 

Es necesario tener conocimiento si los síntomas se agravan con el consumo de ciertos productos alimenticios, y si los malestares disminuyen después de excretar; tomando en cuenta, si se presentan cambios en la forma y en la apariencia de lo evacuado. Otro punto para tomar en cuenta es si hay demasiado esfuerzo al momento de ir al baño, así como el número de veces durante el día. 

Ante esta situación, el médico será quien definirá el tratamiento a seguir. En caso de que el paciente presentara estreñimiento, se le recetará un laxante con fibra y antiespasmódicos para la disminución del dolor; de lo contrario, si las molestias persisten, lo lógico será realizar estudios para descartar alteraciones como ulceraciones, divertículos o pólipos por medio de una colonoscopía. 

Ciertos alimentos —como el café, el chile, la lactosa, las leguminosas y las grasas— suelen causar irritación en el sistema digestivo, por lo cual, es necesario retirarlos de la dieta del paciente. En cambio, se requiere añadir alimentos altos en fibra e incrementar el consumo de líquidos, junto con una rutina de ejercicios que incluya caminar o el uso de la bicicleta. No menos importante es evitar comer en cantidad abundante. Se recomienda comer entre cuatro y cinco veces al día en pequeñas porciones, acompañado con frutas y verduras. 

Es por ello, que es fundamental conocer qué tipo de alimentos son causantes de alteración para el cuerpo. Es importante acudir a un especialista tan pronto como se noten anomalías y síntomas, a fin de evitar algo más grave como el cáncer de colon. 

 

“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).