sábado, 20 de junio de 2020

IMPERIO GRECORROMANO: "Aun cuando el griego y el latín eran los idiomas oficiales, se hablaban otras muchas lenguas y una variedad de dialectos. El Estado no estaba centralizado como erróneamente se cree, siendo incluso, más libre que nuestra sociedad actual".

"Numa Pompilio recibe de la Ninfa Egeria las leyes de Roma"; Felice Giani, 1806.

IMPERIO GRECORROMANO: EL DOMINIO DE LA LENGUA 

E

l Imperio Romano, con el paso de los años, ha sido nombrado más apropiadamente por los historiadores como “Imperio Grecorromano”. La causa de ello, se debe a los registros concernientes en torno a la lingüística prevaleciente en tan vasto Estado antiguo. La zona occidental se caracterizaba por el dominio del latín, mientras que, en la oriental, la lengua predominante era el griego. 

El Imperio, como un todo, mostraba la unión de las dos lenguas, influenciando la Ley Romana, la Filosofía, la Literatura, la Religión, la Política y al Pueblo. Con esto, se obligaba a los personajes de altos cargos a dominar el griego, así como su idioma de nacimiento. Caso contrario con los de lengua griega, a quienes no se les exigía el manejo del latín, toda vez que el griego era considerado de una cultura superior. No obstante, el funcionario de la zona de habla griega, terminaba finalmente por adoptar la disciplina romana. 

El Imperio Grecorromano era muy extenso, abarcando las regiones que hoy son Bélgica, Italia, Francia, Portugal, España, las mayores partes de Países Bajos y de Austria, Turquía y Asia Menor, el Norte de África, Grecia, los Estados balcánicos, así como Siria. Este Imperio, constituido por una significativa amplitud territorial, comenzó a sentar las pautas de su unificación alrededor del año 150 a. de C. 

Tanto las riquezas, como el mayor porcentaje de la población, se localizaban en el territorio del Este, en el área correspondiente a Grecia. La otra parte, la del Oeste, asumía mayor dignidad, toda vez que en ella se asentaba Roma, el corazón del Imperio que regulaba la vida política del Estado. 

La división entre ambas regiones estaba definida hasta el Mar Adriático, y corría por la región montañosa entre este mar y el río Danubio. Dentro de estas tierras se hallaban grupos sociales que tenían por lengua varios dialectos germánicos y eslavos, influidos fuertemente por el griego y el latín de sus vecinos. 

Aun cuando el griego y el latín eran los idiomas oficiales, se hablaban otras muchas lenguas y una variedad de dialectos. El Estado no estaba centralizado como erróneamente se cree, siendo incluso, más libre que nuestra sociedad actual. Las poblaciones se encontraban sujetas a administraciones locales, dando su lugar al gobierno de Roma, a los aspectos de índole mayor. 

En la zona actual de Túnez, se hablaba el púnico, una lengua de origen semita de raíces fenicias. En lo que corresponde a España y Portugal imperaba el idioma ibérico; en Francia y Bélgica, las lenguas celtas. Las lenguas teutónicas o germánicas proliferaban a lo largo de los cauces del Rin y del Danubio. Por otra parte, en la región de Asia Menor se hablaban múltiples idiomas y, en el Valle del Nilo, el copto era la lengua predominante, mientras que en Marruecos prevalecían las lenguas berberiscas. 

En Palestina, Siria y parte del Mediterráneo se hablaban distintas lenguas, destacándose el hebreo en lo que se conoce como Tierra Santa. Es posible que Jesús y sus discípulos conocieran el griego para dirigirse a un público mayor, puesto que éste era el idioma de las clases cultas de Palestina. 

 

“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).