Alejandro Magno y Chandragupta.
EL HELENISMO: EL INTERCAMBIO ENTRE INDIA Y OCCIDENTE
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ara hablar del Helenismo es necesario comprender primero el significado de este concepto. Más que un término, corresponde a una acción recíproca entre la Cultura Clásica griega y la Cultura Oriental. El Helenismo habría de surgir poco después del fallecimiento de Alejandro Magno, marcando el fin de las Ciudades Estado bajo el modelo griego, abriendo paso al Imperio Romano.
En un principio, el Imperio Persa fungió como el enlace entre Occidente y la India, al reclutar personal de dicha zona para engrosar sus filas durante las Guerras Médicas, y de este modo, hacer frente a los griegos. En las zonas colindantes, India pagaba tributo a Persia haciendo entrega de un total de 4 mil 680 talentos de plata, limitándose exclusivamente a esta región por el desconocimiento de lo que, hasta ese momento, se tenía sobre estas tierras.
Es bien conocida en la historia, la misión encomendada al navegante y explorador griego Escílax de Carianda, quien, por encargo del Rey Darío I de Persia, surcó a través de las aguas del río Indo hasta alcanzar el Océano Índico, para continuar la travesía hasta el Mar Rojo, rodeando la Península Arábiga.
Sería la conquista de Alejandro Magno la causa principal de las futuras relaciones entre India y Grecia y, por ende, con el mundo occidental. Tal fue el éxito del macedonio que, hacerse de los territorios indios, se dio gracias a la división interna que reinaba en el país asiático, iniciando su campaña por el noroeste, combatiendo con las satrapías persas.
Debido a esto, se consiguió la apertura comercial de la India tras el establecimiento de un grupo de colonias griegas, mismas que facilitaron las relaciones internacionales con diversos pueblos europeos. Ante la ausencia de Alejandro, Chandragupta —conocido como el primer Emperador auténtico de la India— tomó el control del subcontinente indio, para entonces fundar el Imperio Maurya, absorbiendo al Imperio Seleúcida griego que fuera formado poco tiempo después de la muerte de Alejandro Magno.
La repercusión de esta serie de luchas marcó la difusión cultural entre los pueblos participantes, dando lugar a un flujo de costumbres y tradiciones adoptadas por las partes involucradas. Se dice que el fin de las hostilidades, se pactó cuando una hija del Emperador Seleuco I se casó con el Emperador Chandragupta, acordando Seleuco la cesión de los territorios limítrofes a la India.
Toda esta serie de acontecimientos favoreció a Pataliputra, capital del Imperio Maurya, que vio desfilar a lo largo del tiempo a distintos embajadores y diplomáticos griegos, reafirmando, todavía más, el intercambio cultural que años atrás se venía arrastrando. El florecimiento de la India se incrementó estando ya en el poder el Emperador Asoka, nieto de Chandragupta, a quien se le atribuye el auge de las relaciones con Occidente.
Productos, tales como: piedras preciosas, especias, perfumería, caña de azúcar y algodón, fueron tan sólo algunos de los artículos que, hicieron de la India, un centro comercial atractivo para el emergente Imperio Romano, el cual terminó instaurando su predominio en la época.