"Un día de celebración"; Fanny Brate, 1902.
ESTILO GUSTAVIANO: ARTE SUECO
E |
s una de las tendencias decorativas surgida en Suecia en el siglo XVIII, correspondiente a la época final del estilo Luis XVI y del Neoclásico. Esta moda se dio durante los reinados de Gustav III y de su sucesor, su hijo, Gustav IV. En esa época, en las cortes europeas, el auge de las artes decorativas tomó tal relevancia, que fue algo muy apreciado, por lo que se intentaba estar siempre al día.
El nombre de este estilo se da por el monarca sueco, Gustav III, quien impulsó al arte, de tal forma, que logró establecer una buena etapa en la literatura y en la cultura, incluyendo la música, la escultura, la pintura y el teatro. Como era propio de esos años, la cultura francesa estaba a la vanguardia; por lo que en los círculos aristocráticos, no era extraño que en las clases sociales altas, se empleara el francés como método de comunicación, ya sea hablado o en escritura.
Tanto era la influencia francesa que, en Suecia, era muy común importar artículos de arte de Francia, destacando los muebles, relojes y telas. Esto logró cierta confusión ante el gran parecido del mobiliario sueco con el galo. No sería hasta el año de 1785 cuando la influencia clásica impactó en el estilo del mobiliario sueco, después de un viaje de Gustav III a la ciudad de Roma.
Lo cierto es que los muebles gustavianos tienen un estilo propio, sobresaliendo en ellos la influencia francesa, siguiendo un patrón de líneas rectas; aunque en los respaldos de las sillas (cuadrados u ovalados) se podían apreciar o no, guarniciones de toque galo. La mayoría eran fabricados en madera de pino, destacando su gran volumen y peso.
Conocido también como el antecesor del estilo nórdico, la condición rústica que domina sus diseños, puede definirse como una combinación entre los estilos sueco y francés, predominando un aspecto desgastado en tonalidades grises, verdes, azules y blancas; dejando notar los bordes de la madera con apariencia envejecida, bajo la técnica del patinado y decapado.
Cuenta la historia que, todo comenzó, el día que Gustav III mandó al arquitecto Jean Eric Rehn para que se encargara de la decoración del dormitorio principal del Palacio Real de Estocolmo. De ahí que, artesanos franceses fueran llevados a Suecia para trabajar y para enseñar a los artesanos locales, dando como resultado la influencia del estilo Luis XVI; lo que con el tiempo fue adquiriendo cambios, hasta llegar a una nueva moda.
Lo representativo del estilo gustaviano, radica en la limpieza y en la simetría. El espacio de las habitaciones guarda una proporción, los pisos están recubiertos con madera de pino frotado, en un color claro y paredes decoradas con bordes pintados; así como guirnaldas, tiras de laurel y flores, con tendencia a la Grecia Antigua, y las ventanas son altas para permitir la mayor cantidad de luz solar.
Hablando del mobiliario, se caracteriza por tener patas cónicas y delgadas. Algunos muebles presentan motivos de dardos y hojas tallados en la madera.