Thor Heyerdahl. Fuente: internet.
KON-TIKI: LA AVENTURA DEL PACÍFICO SUR
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ebido a las singularidades dentro de la Prehistoria Americana, se ha dado fomento a un sinnúmero de especulaciones, hipótesis e intuiciones, siendo consideradas algunas producto de la imaginación. Una de ellas es aquella que involucra al etnógrafo noruego Thor Heyerdahl, famoso por una temeraria expedición a lo largo del Pacífico sur.
Heyerdahl argumentaba que los polinesios pudieron arribar procedentes del Continente Americano, siendo probable que fuesen originarios de Perú o Ecuador. Su teoría fue puesta en experimentación, al construir una balsa con los materiales básicos con los que, gente de la época prehispánica, hubiera contado en aquel entonces. Parte fundamental de su argumento estribaba en que las corrientes marinas y los vientos del Pacífico favorecían la navegación, desde las costas de América del Sur hacia el Pacífico Occidental.
Con esto, contrariaba las hipótesis existentes. Como se mencionó, construyó una balsa y emprendió su viaje desde el litoral americano hasta las islas oceánicas, recorriendo un total de 8 mil kilómetros durante un período de 101 días.
Tras su hazaña publicó un libro, en el cual, sostenía sus ideas, mismas que resultaron innovadoras respecto a las travesías por el Océano Pacífico. Recopiló un sinfín de información referente a las navegaciones precolombinas, reproduciendo exitosamente un modelo de embarcación correspondiente a los nativos americanos.
La balsa, el libro y la expedición fueron bautizados con un mismo nombre: “Kon-Tiki”, en honor al dios Wiracocha, deidad principal de la civilización incaica, con la cual desembarcó en las Islas Polinesias. De este modo, Heyerdahl pretendía demostrar que los naturales de las islas procedían de América del Sur. La aventura dio inicio el 28 de abril de 1947, hasta que los seis tripulantes llegaron a las Islas Tuamotu, el 07 de agosto del mismo año, en perfectas condiciones.
A pesar del éxito de la expedición y de la amplia difusión de su libro, sus planteamientos científicos no han sido aceptados por la Etnología oficial, los cuales admiten la travesía por el Pacífico desde Occidente.
La proeza del investigador noruego se vincula con la incógnita de la Isla de Pascua, donde dio, a su vez, su punto de vista con respecto al origen de la civilización que allí se instaló; teniendo como principal atractivo las colosales figuras de piedra, muy similares a otras de Oceanía, las cuales parecieran contar con una conexión muy estrecha con las esculturas de San Agustín, Colombia.
Según Heyerdahl, la Isla de Pascua fue un punto intermedio de viejas culturas andinas que viajaban hacia el oeste, algo que ha sido rebatido por los autores que defienden que fue engañado por interpretaciones erróneas de su parte, siendo confundido por los habitantes de la Isla de Pascua.
Independientemente de lo dicho por la Ciencia Oficial, es innegable que los planteamientos de Heyerdahl resultan interesantes y convincentes a la hora de analizarse.
Como dato adicional, la historia cuenta que Thor Heyerdahl padeció, de joven, fobia al agua, por lo que resulta irónico que, años más tarde, fuese precisamente una persona con este tipo de antecedentes, la que lograra cumplir una meta de gran magnitud, en condiciones totalmente adversas en el inmenso Océano Pacífico.
