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EL PAVO REAL: ORNAMENTO SAGRADO
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l pavo real se encuentra dentro del selecto grupo conformado por aquellas especies más admiradas por el ser humano. Hablando de la India, esta singular ave es digna de gran respeto y admiración, al ser considerada la encarnación de Krishna, uno de los principales avatares de la tradición hinduista, de quien se afirma, retorna a la Tierra cada vez que el vicio pretende destruir a la virtud.
Reafirmando el sentido benevolente de Krishna, cabe señalar que el pavo real ha sido de valioso apoyo para la comunidad inda, pues como parte de su dieta contempla a las pequeñas cobras, ofidios altamente venenosos que han atemorizado al pueblo a través de los siglos. Asimismo, su comportamiento de defensa ante la presencia de grandes felinos —como el leopardo y el tigre—, han servido de alerta a las personas para tomar las debidas precauciones.
Se cree que, en el pasado, estas llamativas aves debieron ser apreciadas por la nobleza, al grado de permitírseles ingresar a los jardines reales sin impedimento alguno, con el beneficio de ser alimentadas, y sirviendo —al mismo tiempo— como ornamento viviente. Se estima que su presencia en Mesopotamia se remonta a varios siglos antes de nuestra era, a causa del comercio, el cual lo introdujo en dichas tierras. Tiempo después, el Imperio Romano lo llevaría a Occidente.
Entre las diferentes especies, los matices varían de verde esmeralda a azul turquesa, habitando en las junglas del sur de Asia. Se sabe que su alimento suele ser buscado en parvada, pero en áreas y momentos específicos. Así pues, el recorrido es realizado en lugares considerados seguros para el grupo, teniendo lugar durante la mañana y la tarde.
Debido a las condiciones climáticas en dicha zona de Asia, la actividad biológica se rige por las temporadas de lluvia. Al respecto, la época de celo concuerda con la primavera. Durante el período de apareamiento, el macho seleccionará hasta cinco hembras. Para ello, será necesario la ejecución de espectáculos llamativos a fin de cortejarlas. Los pavos reales harán uso de la belleza de su plumaje para alcanzar el cometido, exhibiéndose de una forma especial y única.
Durante dicho acto, los machos ensanchan sus largas y coloridas coberteras caudales, erróneamente conocidas como “cola”. El pecho es hinchado a propósito, al tiempo que bajan las alas y conservan la cabeza hacia atrás. No obstante, este espectáculo atractivo para los seres humanos, se cree que no es recibido de igual forma por las hembras, toda vez que los machos les vuelven la espalda.
Éstas, se ven en la necesidad de ir hacia la parte de adelante, siendo “rechazadas” una vez más, hasta que finalmente se tienden ante ellos, dando lugar al apareamiento. Ya fecundadas y pasado un tiempo, las hembras depositarán sus huevos en zonas seguras, buscando los lugares más escondidos de la jungla. No obstante, los huecos de los troncos también son opciones, al igual que los nidos abandonados por otras aves.
