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REGIÓN ORIENTAL: UNA TIERRA DE CONTRASTES
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a región oriental limita al norte con el Himalaya y al sur con la línea Wallace, quedando así separada del Océano Pacífico. La India y el sudeste asiático permanecen en la mentalidad occidental como tierras impregnadas de un elevado misticismo, que no podrían quedar completas sin la exótica arquitectura vegetal que envuelve a sus imponentes y majestuosos edificios sagrados.
Los climas de la región oriental pueden dividirse en dos tipos: ecuatorial y monzónico. El primero se refiere a la presencia constante de precipitaciones durante el año; mientras que el segundo se torna extremo a causa de los vientos, mismos que son capaces de producir, o bien grandes sequías o lluvias intensas. Lo anterior ha dado lugar a una rica variedad de especies animales y vegetales, que han convertido a esta zona geográfica en un lugar único.
La región oriental tiene la designación de ser altamente densa, en lo que a su flora se refiere. Tres son los tipos de selva que proliferan en ella, siendo de la amazónica, la congoleña y la asiática, ésta última la más ampliamente difundida en Occidente. Gracias a la abundancia de agua, diversidad de insectos han sobrevivido a lo largo de los siglos, encontrándose en una cantidad exorbitante, que no se compara con otras zonas del planeta.
En el año de 1885, el investigador Alfred Rusell Wallace, contemporáneo de Charles Darwin y defensor de la teoría de la evolución, contó con la oportunidad de conocer a la rana voladora (Rhacophorus nigropalmatus), misma que le llenó de gran admiración debido a su constitución física. Esta peculiar criatura se caracteriza por las expansiones membranosas que unen sus dedos, tanto de las patas delanteras como traseras, a la vez que se halla provista de rebordes similares en las articulaciones de las extremidades.
A pesar de lo anterior, no fue hasta el siglo XX cuando se profundizó en el estudio de este curioso anfibio. Haciendo uso de sus cuatro patas, manteniendo los dedos bien abiertos, se precipita desde lo alto de los árboles como si su membrana fuera un paracaídas.
En la región oriental habita, de igual forma, el lagarto volador (Draco volans), el cual también presenta un espectáculo extraordinario cuando desciende de los árboles. Este exótico reptil es capaz de planear hasta una distancia de trece metros.
La serpiente paraíso (Chrysopelea paradisi) es otro de los miembros de esta peculiar región dotado de destrezas asombrosas. Sus tonos son muy vivos, y tiene fama de ser impredecible en sus movimientos. Sujeta a una rama, se lanza al vacío mientras incrementa su superficie tras abrir sus costillas, al mismo tiempo que se forma en su cuerpo algo semejante a un saco, que le brinda la posibilidad de planear, casi cincuenta metros, desde una altura de trece metros.
Por otro lado, es en este lugar en donde habitan las exóticas flores del género Rafflesia, cuya belleza contrasta con el aroma que desprenden, mismo que resulta desagradable para quien lo ha experimentado. El objetivo de esta sustancia es el de atraer a los insectos que la fecundarán.
