sábado, 29 de agosto de 2020

ANUBIS: "Recibía el reconocimiento como el protector de las tumbas. En uno de los mitos, se narra la intervención del dios para momificar a Osiris, auxiliando a Isis. Durante los rituales concernientes a la momificación, el sacerdote portaba una máscara de chacal".

Fuente de la imagen: Pixabay.

ANUBIS: EL GUÍA DE ULTRATUMBA 

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na de las deidades más destacadas del Antiguo Egipto fue Anubis, representado bajo el aspecto híbrido de hombre con cabeza de chacal. Anubis estaba considerado una entidad del inframundo, encargado de conducir las almas de los muertos en la travesía hacia el más allá. Por este motivo, era el “gran embalsamador”, quien enseñó a los hombres la técnica de la preservación de los cuerpos y guardián de la familia real tras el fallecimiento. 

De acuerdo con los historiadores, el color negro aludía al matiz fúnebre de Anubis, como símbolo del paso hacia un nuevo renacer, aunado a la interpretación de la muerte como ausencia y oscuridad de la vida. Parte esencial respecto a esta divinidad, dentro de la mitología egipcia, es aquella en la que se menciona a Anubis como el “Guardián de la Balanza”. 

Una vez en el otro mundo (también conocido como Duat) el dios procedía a determinar qué persona era merecedora y cuál no, de entrar en el reino de los muertos. Para ello, el corazón (Ib) del enjuiciado era colocado en uno de los platos de una balanza, mientras que en el otro se colocaba la pluma de Maat. Este proceso era conocido como el Juicio de Osiris, y en él participaban los dioses para atestiguar la sentencia final. 

Si la pluma de Maat (símbolo de virtud y de la armonía universal) primaba frente al del corazón, o la igualaba, el alma era digna de conservar su inmortalidad, permitiéndosele iniciar un nuevo viaje en busca de Aaru, el paraíso egipcio y morada de Osiris, entre otras divinidades. Para alcanzar la dicha eterna, tendría primero que salir victorioso de múltiples obstáculos y peligros que encontraría durante su travesía. Para ello, haría uso de todo cuanto en vida había aprendido, a la vez que la ayuda de sus familiares era igualmente significativa, pues ellos eran quienes conservarían su cadáver y rezarían por su salvación. 

Si, por el contrario, el corazón pesaba más que la pluma de Maat en el Gran Juicio, la persona era arrojada a Ammyt, una criatura híbrida con cabeza de cocodrilo, que lo devoraba, muriendo eternamente. Cabe destacar que, en la mitología mesoamericana, se decía que Cipactli —cuya forma es la de un cocodrilo—, era quien devoraba a los muertos para su ingreso al inframundo. Igualmente, sorprende la analogía entre Anubis y el dios Xólotl (entidad con cabeza de perro), encargado de guiar a las almas de los muertos tras el deceso. 

En siglos posteriores, el Cristianismo adoptaría esta escena para representar el Juicio Final, en donde se aprecia al Arcángel Miguel portando una balanza para medir a las almas, mientras Satanás aguarda ansioso por salir victorioso. 

Anubis recibía el reconocimiento como el protector de las tumbas, principalmente las de las altas esferas. En uno de los mitos, se narra la intervención del dios para momificar a Osiris, auxiliando a Isis. Se dice que, durante los rituales concernientes a la momificación, el sacerdote portaba una máscara de chacal. 

 

“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).