AZÚCAR: DULCE ADICCIÓN
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l consumo de azúcar es parte importante de nuestra vida. Sin embargo, como todo, deber ser controlado y equilibrado. Muchas personas encuentran difícil prescindir de él en cantidades excesivas, generando daños a su organismo. Este mal suele estar ocasionado por el placer que los postres producen a quienes son más débiles en este aspecto, negándose a dejar de consumirlos de forma inadecuada.
El azúcar tiene la particularidad de que puede volverse adictivo. Es necesario tener presente que, es desacertado, privarse de alimentos de un día para otro cuando se inicia una dieta. Lo ideal es ir reduciendo progresivamente la dosis de azúcar, manteniendo cierta cantidad durante una semana, de modo que en la siguiente disminuya, y así sucesivamente. Desde luego, esto implica no solamente las cucharadas de azúcar que se añaden a ciertas bebidas, como café o té, sino la reducción de dulces y postres.
Muchas bebidas son lo que son gracias a este elemento clave: refrescos, jugos, energizantes, entre otros más. La mayoría de estos productos cuentan con información no del todo cierta, puesto que se dicen estar elaboradas a base de ingredientes naturales, sin embargo, no son más que una fuente adicional de calorías en exceso. Tanta es la familiaridad con este tipo de líquidos, a tal grado de no considerar el riesgo al consumirlos por su alto contenido de azúcar, al no contemplarlos de la misma forma que un postre, por lo que llegan a pasar desapercibidos.
Parte de la atracción hacia este tipo de productos está vinculada y asociada a la imagen publicitaria que de ellos se da, ignorando, en la mayoría de los casos, el o los contenidos de sus ingredientes, puesto que la información nutrimental ni siquiera es tomada en cuenta por el consumidor, cayendo en un error involuntario y negligente, al desconocer el tipo de alimento que se ingiere.
El control diario de las calorías que se consumen es básico, puesto que, sin darnos cuenta, al dar pequeñas probadas a diferentes bocadillos azucarados a lo largo del día, suman en total una alta ingesta de sacarosa, la que lleva a causar un riesgo o alteración en los niveles de salud. Por este motivo, si se desea tomar algo dulce, siempre se recomendará elaborar bebidas a base de frutas y endulzadas con miel de abeja.
En ocasiones, el consumo de agua natural puede ser la solución a la confusión de sed y hambre. El cuerpo no necesariamente requiere de alimento, sino de hidratación. Por esa razón, cuando se tenga ganas de algo dulce, es mejor pensarlo dos veces. Pueda ser que un vaso con agua sea la solución al problema. Si no es el caso y la necesidad persiste, es bueno tomar una pequeña porción de postre y beber agua de nueva cuenta.
El azúcar refinada no es siempre lo más aconsejable. Existen alternativas naturistas que dan el mismo sabor pero con una cantidad menor de calorías, ya que están compuestas con un porcentaje elevado de fructosa, “el azúcar de la fruta y de la miel”.