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EL CHACAL: CAZADOR CANINO AFRICANO
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os chacales presentan una morfología armoniosa, en general. A diferencia de otras especies de aspecto canino, ciertas partes del cuerpo resultan más finas para el espectador. Tal es el caso de hocico, orejas y ojos, los cuales les hacen asemejarse, en cierto modo, a los zorros. El chacal se caracteriza por su amplio instinto territorial, llegando a dominar hasta una extensión de 4 kilómetros a la redonda, para lo cual, tanto machos y hembras lo marcan con orina.
Al norte de Tanzania, en la región del Serengeti, existen tres especies de chacales, cuya distribución ha permitido que se superpongan: el dorado (Canis aureus), el de dorso negro (Canis mesomelas) y el de flancos rayados (Canis adustus). Éste último es fácil de reconocer por el color blanco en la punta de la cola, además de ser una especie que se desenvuelve, mucho más, durante la noche. Asimismo, su corpulencia supera a las otras dos especies.
Aunque la mayoría dé por sentado que se trata de animales carroñeros, puesto que suelen ser vistos esperando por los restos que los leones dejan tras cazar, lo cierto es que en su naturaleza domina el aprovechamiento de las fuentes de proteína y grasa.
Al lado de ellos se encuentran también los buitres, los cuales acechan a cada instante para intentar conseguir una porción de alimento. Estas aves son vistas siendo amedrentadas por los chacales, en una lucha por la supervivencia.
Dentro de la dieta del chacal se encuentran pequeños roedores, polluelos, huevos, insectos, placentas (en los períodos de nacimiento de otras especies) y ciertos vegetales. No obstante, las gacelas son sus presas favoritas, para lo cual deben trabajar en conjunto durante la cacería.
Tratándose de crías, un chacal se encarga de entretener a la madre, mientras que el segundo aprovecha el momento de distracción para capturar a la cría y alejarla de la manada. Asimismo, cuando se trata de cazar a gacelas adultas, la estrategia consiste en perseguirlas infatigablemente hasta que la presa cae víctima del cansancio.
El éxito depende, en gran medida, de cómo los chacales opten por cazar. Está comprobado por los biólogos, que el trabajo en equipo les brinda la posibilidad de salir victoriosos hasta en un 80%, frente al 15% que implica cuando se desenvuelven de forma solitaria.
Durante la época de nacimiento de las crías, macho y hembra trabajan conjuntamente para cuidar de los cachorros y garantizar su supervivencia. El macho caza solo para llevar el alimento a la madre y a las crías durante el período de lactancia. De igual modo, los padres les enseñan a conseguir el sustento durante los primeros meses de vida.
Cabe señalar que los chacales cazan solos, y cuando se les ha visto haciéndolo en equipo, suele ser cuando se encuentran adiestrando a los jóvenes en el arte de la persecución. De igual forma, en ocasiones, el olor de la carroña es el causante de aglomerarlos en un determinado punto, además de atraer la presencia de los buitres.