jueves, 6 de agosto de 2020

EL OKAPI: "Con dimensiones similares a las de un asno y de una cebra, desde su descubrimiento, ha sido blanco de aventureros que han pretendido hacerse con su piel, siendo su capacidad de escape y evasión una de las principales causas que lo han salvado de la extinción".

Fuente de la imagen: Pixabay.

EL OKAPI: EL UNICORNIO AFRICANO 

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frica ha gozado de la fama de ser vista como una tierra de misterios, objeto de interés de los pueblos poderosos de la antigüedad, los cuales creían que, en ella, aguardaban criaturas fantásticas por ser descubiertas. Lo mismo que ocurriera con Asia, en la que un manuscrito del siglo XV titulado “Historia del gran Alejandro”, muestra el encuentro del conquistador macedonio con una tribu de salvajes, seres de aspecto humanoide, pero sin cabeza, cuyo rostro se ubicaba en el torso. 

En cuanto al continente africano, se rumoraba la existencia de una criatura mitológica. Un enigmático cuadrúpedo que fue bautizado bajo el nombre de “el unicornio africano”. Al no tener más información al respecto, fue olvidado durante varios años. No obstante, a raíz de las exploraciones llevadas a cabo por Henry Morton Stanley, bajo órdenes de la Corona belga, se tuvo noticias sobre un animal al que los nativos llamaban “O’api”. 

Este antecedente motivó al botánico anglosajón, Harry Johnston, a organizar una expedición a África para ir en su búsqueda. Debido a las descripciones que los lugareños proporcionaron, Johnston especuló que el extraño animal debía ser un tipo más de cebra. A pesar de los intentos iniciales por dar con él, el grupo de investigación no tuvo éxito. 

Pasaría algún tiempo para que el botánico tuviera una muestra plausible, gracias a la Exposición Universal de París, en la que logró conseguir pieles de estos seres para abrir de nueva cuenta las investigaciones. Con este antecedente, decidió retornar a África para localizar un espécimen, con ayuda de los lugareños. 

El Okapi, a primera vista, tiene apariencia de caballo, de cebra y de jirafa; y aunque cuenta con rasgos físicos similares a los dos primeros mencionados, lo cierto es que se encuentra emparentado con las jirafas. Este exótico animal habita en las selvas del Congo y tiene la fama de ser muy escurridizo, siendo difícil dar con él. 

Su pelo es aterciopelado y rojizo, con un cambio abrupto en su coloración en lo que a las patas se refiere, presentando una tonalidad blanca y negra, incluso con motivos muy similares a las cebras en su parte trasera. Cualquiera podría pensar que su teñido le dificulta la supervivencia diaria. Lo cierto es que estos matices le ayudan a camuflarse exitosamente. 

Los machos presentan dos cuernos, mismos que, en ocasiones, dan la apariencia de ser solamente uno; lo cual dio lugar, en un inicio, a su designación como “unicornio”. Una curiosidad es el uso que el okapi da a su lengua, ya que independientemente de que con ella logra conseguir su alimento, ésta cuenta con una sorprendente longitud que le permite limpiarse ojos y orejas. En honor a su descubridor, fue bautizado como Okapia johnstoni, convirtiéndose, además, en un símbolo de la República Democrática del Congo. 

Con dimensiones similares a las de un asno y de una cebra, desde su descubrimiento, ha sido blanco de aventureros que han pretendido hacerse con su piel, siendo su capacidad de escape y evasión una de las principales causas que lo han salvado de la extinción. 

 

“El conocimiento habla
y la sabiduría escucha”
(Jimi Hendrix, 1942-1970).