EL UNICORNIO: UNA CRIATURA DE LEYENDA
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ntre los animales fantásticos que más han acaparado la atención del público a lo largo de los siglos, se encuentra el unicornio. Representado de distintas maneras, bajo la forma de un equino blanco con rasgos de cabra y patas de antílope, cuyo distintivo más sobresaliente es su largo y afilado cuerno que nace de su frente. Esta criatura ha sido mencionada desde tiempos antiquísimos, adoptando una variada simbología para distintas culturas.
Se le atribuía una gran fuerza física, superando a muchas de las especies de animales de características corpulentas. Ya el médico griego, Ctesias, describía la existencia de una singular bestia con algunas de las características antes mencionadas, indicando que el cuerno se encontraba teñido por tres colores: rojo, negro y blanco. Tanto fue el deseo de poseer tan misterioso ser, que nobles de la Edad Media enviaban expedicionarios a la India, a fin de hacerse con él. Se decía que su cuerno contaba con propiedades mágicas y curativas, capaz de prolongar la vida.
Al respecto, en los Bestiarios medievales, era descrito como un caballo o cabra, cuyo cuerno era liso y espiral. De acuerdo con las leyendas, se cuenta que los cazadores no corrían con suerte al tratar de localizarlo y, en caso de hacerlo, corrían un grave peligro. Ubicar a un unicornio era una tarea sumamente complicada, puesto que se decía que eran bestias solitarias y escurridizas, hábiles para el ataque y el escape, al mismo tiempo.
Otra de las razones por las que su cuerno era codiciado, se debía a la estimulación sexual que otorgaba a quien lo consumía, principalmente refiriéndose a los varones. Se pensaba que esto era posible, dada la fuerza que la bestia poseía. Los nórdicos llegaron a comerciar con sus cuernos, tratándose de un producto sumamente costoso por su rareza. Los historiadores han propuesto que dichos restos debieron pertenecer a rinocerontes o narvales.
Se cuenta que el Emperador Fuxi, en el 2800 a. C., tuvo un encuentro con el Qilin, también conocido como el “unicornio chino”, cuyo relato narra que, en su espalda, llevaba inscritos misteriosos símbolos, los cuales el Emperador copió, convirtiéndose en la primera forma de escritura de China. El Qilin se encuentra fuertemente asociado a los dioses, afirmándose que algún día habrá de venir en forma humana para transmitir sabiduría y virtud a la humanidad.
Otro personaje fue Gengis Khan, quien se abstuvo de tomar Indostán luego de que una bestia “con forma de ciervo, cola de caballo y un solo cuerno” —como es descrito en una biografía del funcionario mongol, Chucai— le dijera, en la cima de una montaña, que se retirara.
Para los cristianos, durante la Edad Media, llegó a tener dos significados. Por un lado, era visto como un demonio que sólo podía ser vencido por la Virgen María y por todo aquel que siguiera la Palabra de Dios. Por otro, como una representación del propio Cristo, quien vino al mundo por medio de una Virgen, siendo el unicornio un símbolo de absoluta pureza y virtud.
Aunque ha sido ampliamente difundido en el arte, resulta interesante la obra del Renacimiento: “La dama y el unicornio”, una intrigante colección de seis tapices que aluden a los cinco sentidos, siendo el último de estos, objeto de incertidumbre y debate entre los eruditos. Asimismo, esta criatura también ha sido empleada en la Heráldica y como parte de la iconografía farmacéutica, al tiempo de ser considerado el animal nacional de Escocia.