LA JIRAFA: UN EDIFICIO BIOLÓGICO
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as peleas son un comportamiento habitual dentro del mundo de las jirafas. Éstas tienen un único objetivo: elevar la jerarquía de los contrincantes. Debido a la poca cantidad de miembros en un grupo, el control constantemente es reñido por los machos. Al iniciar el enfrentamiento, los competidores se colocan uno al lado del otro, con la finalidad de descargar su peso sobre el contario, empujándose mutuamente.
Pese a que las patas están consideradas como armas altamente eficientes, éstas no son usadas en las contiendas jerárquicas, limitándose al empleo de la cabeza, principalmente. Las patas, en cambio, suelen ser reservadas para defenderse de los depredadores. La intención, durante las luchas jerárquicas, es que los cuernos de la cabeza hieran al contrincante.
En ocasiones, los impactos son tan fuertes que han provocado fractura de cuello, o incluso, la pérdida de la consciencia de uno de los rivales. Sin embargo, aunque lo antes dicho no suele ser habitual, es siempre un riesgo latente. Al tiempo que uno de los machos abandona el enfrentamiento, el contrincante también cesa, no persiguiéndolo. Se ha dado la esporádica circunstancia de que el vencedor se monte sobre el vencido.
En cuanto a la lucha por la supervivencia, la impresionante altura, así como las proporciones de las jirafas, les ha valido para hacerle frente a poderosos carnívoros, como los leones. Con un peso que supera la tonelada, resultan presas difíciles de conseguir. Los más propensos a estos ataques son las crías. Sin embargo, las madres son enérgicas protectoras, intimidando a los depredadores con su imponente tamaño.
Los problemas de salud son los principales causantes de que las jirafas adultas se vuelvan víctimas de los carnívoros, como es el caso de la artritis, la cual termina por mermar el potencial de estos animales. Asimismo, los desventurados accidentes son otros de los factores que les han arrastrado hacia la muerte. Por ejemplo, cuellos atorados entre las ramas de los árboles (debido a resbalones), o hundimientos en los fangos tras acercarse a los bebederos.
De acuerdo con los biólogos, aunque la morfología les ha facilitado la defensa y el alcance de su alimento, también ha supuesto un inconveniente al momento de beber agua. Con mucha dificultad, las jirafas deben inclinarse para lograr su objetivo, adoptando posturas complicadas y curiosas para el espectador.
La lengua puede medir hasta cuarenta centímetros de longitud. Tiene la particularidad de ser muy resistente, incapaz de sentir el ardor de las espinas o las mordeduras de las hormigas, además de contar con una extraordinaria flexibilidad que le permite enroscarse fácilmente, permitiendo que la jirafa consiga su alimento exitosamente. Ejemplo de lo antes dicho, es la acacia melífera, la cual se presenta como uno de sus arbustos predilectos.
Por otra parte, la vista es el sentido mejor desarrollado. Su agudeza, aunada a la altura, les permite la pronta detección de sus enemigos. Cabe destacar que la mirada melancólica de estos seres continúa atrayendo a muchos observadores, siendo un sello distintivo de estos nobles colosos.