EL LEÓN DE LAS NIEVES: EMBLEMA MÍSTICO DEL TÍBET
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entro de la cultura tibetana, una figura sobresaliente es el denominado “león de las nieves”. De acuerdo con la tradición, Jetsun Milarepa, uno de los más célebres yoguis y poetas en la historia del Tíbet, contempló en sueños a esta misteriosa criatura en la cima de un pilar, lo cual simbolizaba la posesión de un corazón semejante al de un león. Este episodio habría de marcarlo fuertemente, incentivándolo, todavía más, a consagrar su vida a la meditación y a las enseñanzas del Buda.
En el marco de las interpretaciones de tan extraordinario suceso, se dice que la melena del león simboliza la belleza de la doctrina, sus cuatro garras aluden a los cuatro puntos cardinales, su mirada levantada refiere a la trascendencia de lo terrenal y, su rugido, es eco del shuniata (el vacío), un concepto budista que llama a la iluminación, al despertar y a la liberación.
El león de las nieves es emblema del Tíbet y, al lado del tigre, el dragón y la garuda, está considerado como una de las Cuatro Dignidades. Este ser suele ser representado con un aspecto blanquecino de melena turquesa, que, a pesar de no tener alas, se dice que sus patas jamás tocan la tierra.
A lo largo de la historia, la figura del león ha estado impregnada de misticismo en el seno de las distintas civilizaciones, religiones y doctrinas. En lo que a esta cultura se refiere, el león de las nieves es el guardián de los maestros y, principalmente, del Buda; siendo visto, dentro de la iconografía, como el sostén del trono del Iluminado. Es por ello, que se encuentra vinculado con el concepto de “tulku”, término con el que es designado todo aquel que ha sido capaz de tomar el control, en el momento de su muerte, sobre la forma en la que habrá de reencarnar, a la vez de estar consciente sobre dónde habrá de nacer nuevamente.
El Dalái lama, líder espiritual del Budismo tibetano —cuyo vocablo puede traducirse como “océano de sabiduría”—, se encuentra asociado con el león de las nieves, toda vez que se afirma que, en él, reside una mente consciente que ha reencarnado en su persona. De acuerdo con la tradición, los dalái lama son la manifestación reencarnada del patrón del Tíbet, Avalokitesvara (“señor que mira hacia abajo”), el bodhisattva de la compasión. Bodhisattva se traduce como “ser de supremo conocimiento”.
Se trata de una deidad benevolente que prometió nunca descansar hasta salvar a todos los seres del sufrimiento, esto es, del ciclo de renacimientos que funge como destino para todos aquellos que no han buscado el camino de la iluminación. Por esta razón, se entiende que su retorno a la tierra, bajo aspecto humano, es voluntario, en aras de una sagrada misión.
Por su parte, el león de las nieves es representación del gozo y la alegría suprema, es decir, de “ananda”; a la vez de ser un símbolo de arrojo y valor.